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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

FICHAS

imagen de decoración

Lince ibérico (Lynx pardinus)

Fichas de Mamíferos

Mamíferos extinguidos en el Parque Natural Sierra de Baza   

Lince ibérico (Lynx pardinus)


© Juan F. Martínez Pérez
Ejemplar adulto de lince.


FICHA TÉCNICA

Orden: Carnívora (carnívoros).
Familia: Félidos.
Género: Lynx
Especie: Lynx pardinus (Temminck, 1827)
Subespecies presentes: Aún cuando el lince ibérico ha sido considerado hasta hace unos años como una subespecie del lince europeo (Lynx lynx), en la actualidad se considera como una especie propia.   
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 85 y 110 cms.
Longitud de la cola:  de 8 a 15 cms.
Peso: Entre 12 y 14 Kgs. (excepcionalmente 18 Kgs.), los machos, y entre 9 y 15 Kgs. las hembras.
Status de la especie: Especie catalogada EN PELIGRO CRÍTICO (UICN, 2002). Se considera que es el felino más amenazado del planeta según este mismo organismo, que lo ha reclasificado en el año 2002 pasando de EN PELIGRO a EN PELIGRO CRÍTICO. Sus escasos efectivos poblacionales, limitados a la mitad suroriental de la península Ibérica, en núcleos fragmentados, cuestionan profundamente la supervivencia futura de la especie.


 DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE

El lince ibérico es un felino de tamaño superior a un gato montés, con unas patas largas y adaptadas para el salto y caza del conejo su principal alimento. El lince cuenta con una característica cola corta, de tan solo 8 a 15 cms, y sus orejas grandes y erguidas, también muy identificativas de la especie, aparecen dotadas de unos característicos pinceles de pelo negro. La cara está rodeada por pelos muy largos, formado unas grandes patillas terminadas en punta, que se desarrollan más con la edad del individuos.

El lince es una especie marcadamente predadora, la que localiza a sus presas mediante la vista y el oído. Sus técnicas de caza son la espera y el rececho, siendo ésta última la más frecuente. El rececho consta de varias fases, que se pueden dividir en aproximación o rececho en sentido estricto, acecho y salto sobre las presas. La aproximación se realiza de un modo muy cauteloso, pero rápido, sin perder de vista a la presa y aprovechando la cobertura vegetal con la que intenta ocultarse mientras se aproxima a la presa. Cuando la aproximación es suficiente surge un rápido ataque a la víctima, con saltos de hasta cinco metros, que en caso de fallar puede prolongar la persecución en un corta carrera rápida, que abandona caso de no dar alcance a la presa.   

La principal presa del lince es el conejo, aunque también puede dar muerte a cervatillos, liebres, roedores e incluso aves como la perdiz y las anátidas. Porcentualmente el conejo representa entre el 70 y el 95 % de la biomasa del lince, seguido de los cérvidos (un 15 % aproximadamente) y aves. Cifras que van a depender de la época del año y de las disponibilidades de alimento.

 

© PROGRAMA DE CONSERVACIÓN EX-SITU DEL LINCE IBÉRICO.
Hembra con sus cachorros
 Imagen publicada fuera de concurso 

El lince es un animal de actividad fundamentalmente crepuscular y nocturna, aun cuando durante el invierno aumentan sus hábitos diurnos. Suele ser un animal que vive en solitario, excepto en las épocas de cría y celo. No suelen compartir el alimento tras la dispersión de las crías de la hembra. El macho no coopera tampoco en la cría de los recién nacido, desentendiéndose de la hembra tras el celo. 

El área de campeo del lince, se ha estimado en Doñana en torno a los 10,3 kilómetros cuadrados para los machos y los 8,7 para las hembras. Tras la dispersión juvenil los jóvenes se establecen en una zona de 11 Km. de promedio del área natural donde nacieron, aun cuando se han constatado dispersiones de varios cientos de kilómetros.

 

© PROGRAMA DE CONSERVACIÓN EX-SITU DEL LINCE IBÉRICO.
Cachorro de lince
 Imagen publicada fuera de concurso

Según datos facilitados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (2006), la población de linces se encuentra en una situación dramática con tan solo 150 ejemplares en libertad, distribuidos en 5 núcleos, de los que solo dos se estima que son  poblaciones reproductoras -Doñana (30-35 ejemplares) y Andújar-Cardeña (unos 90-120 ejemplares)-, a los que cabría sumar algunos ejemplares que parecen sobrevivir en Montes de Toledo orientales, Sistema Central occidental y otras áreas de Sierra Morena. El número total de hembras reproductoras estimado para la especie sería de 25-35 (3-5 para el área de Doñana y 22-29 para el área de Andújar), aun cuando en los últimos años parece que está dando sus frutos los programas de cría en cautividad y comienza a verse con moderado optimismo su posible salvación debido principalmente a la concienciación que se está teniendo de la necesidad de su conservación y defensa.


DATOS DE LA ESPECIE 

© PROGRAMA DE CONSERVACIÓN EX-SITU DEL LINCE IBÉRICO.
Hembra introduciendo un cachorro en la guarida
 Imagen publicada fuera de concurso 

Longevidad:  Puede vivir hasta los 13 años, edad máxima conocida de un lince en libertad.  

Celo:  Un solo celo, entre finales de enero y principios de febrero, aun cuando puede adelantarse de ser la climatología benigna.

Gestación: La gestación dura unos 63 a 73 días.  

Parto: El lince tiene una camada anualmente, dando a luz de entre tres una a cuatro cachorros, normalmente tres, entre abril y mayo. El parto suele tener lugar en cuevas y troncos huecos, por lo que la conservación de los viejos árboles añosos se ha evidenciado como esencial para la supervivencia de la especie. 

Duración de la lactancia: Al nacer los linces nacen totalmente indefensos sin capacidad auditiva, con los ojos cerrados, por lo que la madre se muestra en éste período muy hostil en su defensa, permaneciendo junto a ellos durante 2 o 3 días, sin salir de la guarida, ni atender sus necesidades de alimentación. En torno a las cuatro semanas  de edad de los cachorros la hembra los cambia de cubil y a los dos meses los cachorros ya son capaces de acompañar a la madre. 

Madurez sexual: La hembra alcanza la madurez sexual a los tres años. Mientras que los machos la alcanzan a los dos años, aun cuando las muestras espermáticas de mayor calidad se encuentran a partir de los tres años. 

Alimentación: El lince es un carnívoro especializado en la caza de conejos. Las necesidades mínimas de un lince para garantizar su supervivencia en libertad se estiman en 1 conejo/ha por individuo. En muy rara ocasión consume carroña.  

Hábitats: El lince tiene limitados sus hábitats a lugares donde abunda el conejo, lo que es propio del monte y maquis mediterráneo, que además cuente con una gran cobertura vegetal, roquedos y lugares en los que esconderse. No asciende de los 1.300 metros de altitud.  

Huellas: Son redondeadas con cuatro almohadillas digitales alineadas de dos en dos en arco abierto y una almohadilla basal trilobulada, con uno de los lóbulos hacia delante. No marca las uñas. La huella es más larga que ancha. El tamaño medio está en torno a los 6x5 cms. las delanteras y 7,5x6 cms. las posteriores. Cuando anda la distancia de avance es de unos 80 cms, cuando trota de unos 135 cms y corriendo puede superar los 150 cms. 

Excrementos: Aparecen con frecuencia en cruces de caminos y veredas, a  veces agrupados, y suelen presentar un aspecto satinado de un característico color gris ceniza, cuando están secos, por la habitual presencia de huesos y pelos de conejo en su contenido. En los excrementos frescos es característico el olor ocre que despiden. 

Otros rastros: Muy variados, como son restos de comidas y desgarros en las víctimas que han muerto por su actuación. Los conejos suelen morir de un mordisco en la nuca y ejemplares mayores como los cérvidos de un mordisco en la garganta. Rara vez hay señales de lucha cuando la muerte es producida por el lince. La forma de comerse a sus víctimas es también muy característica de la especie, se ha dicho que “el lince es muy delicado” y no se come ni la cabeza, ni la nuca, tampoco los pulmones ni vísceras. 

Dimorfismo sexual: El macho es mayor que la hembra, pero este dimorfismo sexual no se aprecia hasta que los ejemplares no son adultos, de modo que si bien son muy similares en tamaño y características durante el primer año de edad, a partir de este momento en el maño se hace patente la mayor longitud de los pinceles de las orejas y de las patillas. 

Enemigos naturales: El lobo es el único animal capaz de predar sobre el lince, aun cuando se ha comprobado que son dos especies que se repelen entre sí, por lo que en el territorio que está una especie no lo está la otra, por lo que son muy raros los casos de ataques. 

Curiosidades ecológicas: En torno a los pinceles que adornan las orejas y patillas del lince se han creando muchas leyendas, así se cuenta  que el lince las utiliza para moverlas y distraer con ello a sus presas, como también se ha dicho que sirven para apartar a los insectos que le molestan el rostro, aun cuando lo más extendido parece ser que en sus funciones sexuales, al actuar como reclamo de las hembras.

Principales problemáticas: En la lista roja del Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se dice recalificó al lince ibérico en el año 2002, pasando de en peligro a EN PELIGRO CRÍTICO. Se estima que su población ha descendido a menos de la mitad de los 1200 ejemplares registrados a principios de la década de 1990, por lo que el lince ibérico (Lynx pardinus) está a punto de convertirse en la primera especie de felino en extinguirse en los últimos 2000 años. El condicionamiento o dependencia de la alimentación del lince al conejo, se considera que ha sido la desencadenante de esta situación, que tiene su origen en dos enfermedades de creación humana para controlar la población de conejos, la mixomatosis, y la enfermedad vírica hemorrágica (EVH), y que sin pretenderlo sus creadores han puesto colocar al borde de la extinción a una especie animal. Lo que debe de servirnos de reflexión sobre la incidencia que en un ecosistema puede tener cualquier actuación que no respete el equilibrio natural y biológico.


EL LINCE IBÉRICO EN LA SIERRA DE BAZA 

Es una especie actualmente extinguida, aun cuando estuvo presente hasta los años sesenta del pasado siglo, de lo que hemos localizado numerosos testimonios orales, estimándose que el último lince vivo que se vio en nuestra zona fue por las inmediaciones de las Piedras Rodadas. No ha dejado legado toponímico, aunque sí abundantes referencias en la bibliografía. Así en el S. XVIII, el Abad Navarro, en una publicación manuscrita del año 1789, existente en la Academia de la Historia, refiere como abundaban los linces. Situación que parece mantenerse en los años posteriores, toda vez que en el S. XIX, Juan-Bautista Cassola destacaba la riqueza del reino animal y señala la presencia de ciervos, a los que llama venados, corzos, cabras montesas, lobos, zorros y linces, sobre estos dice que "aquí es mayor de lo que han dicho los naturalistas, pues no solo excede del tamaño de los zorros, sino que puede llegar a un perro perdiguero; su hermosa piel y la cola corta le dan un carácter particular y una figura agradable".  

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HUELLAS 

 © Proyecto Sierra de Baza
Huella  anterior de lince. Es de similares características a la del gato montés (abajo) pero de notorio mayor tamaño. 

 © Proyecto Sierra de Baza
Huella anterior de gato montés

OTROS RASTROS:   

© 20minutos.es
Excrementos de lince
 

 © Proyecto Sierra de Baza
Excrementos de gato montés