Etnobotánica de la Sierra de Baza
Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza
Reseda amarilla (reseda lutea)
© José Ángel Rodríguez
Reseña lutea en floración primaveral en la linde de un campo de cultivo de la Sierra de Baza (Granada).
También conocida con el nombre popular de guarda, la reseda amarilla, es una planta herbácea, fanerógama, anual o perenne, con el tallo erecto que puede alcanzar los 70 cms. de altura, que se presenta ramificado y dividido desde la base, que termina en unas inflorescencias racemosas, que se extienden a lo largo de la parte terminal del tallo, floreciendo de marzo a septiembre, aun cuando en condiciones favorables puede tener flores todo el año, siendo muy visitadas sus flores por los insectos, por lo que se considera una planta melífera. Su fruto, en cápsulas cilíndricas de 7-15 mm, contienen innumerables semillas en su interior.
Considerada como planta ruderal y arvense, acepta todo tipo de suelos con tal de que estén removidos pero prefiere los básicos.
Se distribuye alrededor de todo el Mediterráneo y en Canarias, habiéndose naturalizado en América.
Altitudinalmente se extiende desde el nivel del mar hasta los 1600 m; encontrándose dispersa por gran parte de la Península Ibérica. Se enrarece, llegando a estar ausente, en el Norte de Portugal, en casi toda Galicia y en la Cornisa Cantábrica.
Etimológicamente, su nombre genérico (Reseda) hace alusión a una región italiana de la costa adriática (Rimini), donde era frecuente esta planta, que se utilizaba con fines medicinales, para calmar inflamaciones, mientras que el nombre científico (lutea) hace alusión a su coloración amarilla, al utilizarse como planta tintorera y obtener de ella este color.
USOS ETNOBOTÁNICOS
© José Ángel Rodríguez
Detalle de la flor de la Reseda lutea.
Desde el punto de vista de la etnobotánica, la principal aplicación de esta planta es como tintorera, para obtener y darle a las lanas y tejidos un atractivo color amarillo, del que toma su nombre científico “lutea” que hace alusión al color amarillo, siendo muy rica en un compuesto orgánico llamado luteolina, que es el que le da el color amarillo.
Para el uso de esta planta como tintorera, se usaban sus raíces, que se introducían en un recipiente metálico lleno de agua, el que se ponía a calentar en el fuego, hasta que hervía, manteniéndose así durante unos 30 minutos, tras lo que se apartaba y se dejaba que enfriara, sacando las raíces al día siguiente, quedando el producto resultante listo para teñir lanas, hilos y tejidos, los que se introducían en el líquido resultante del proceso de cocción, manteniéndolo todo a una temperatura media, evitando que hierba el agua, durante unos 20 ó 30 minutos, con continúas removidas del tejido, para que se empapara bien y por igual en toda su superficie, tras lo que se dejaba el producto que se quería tintar en el líquido durante 12 horas más, el que finalmente se sacaba y se ponía a secar en un lugar a la sombra bien ventilado, sin polvo.