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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Etnobotánica de la Sierra de Baza

Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza

Torvisco (Daphne gnidium)


© José Ángel Rodríguez
Planta del torvisco en la que se alternan flores y frutos

Con el nombre de torvisco se conoce un arbusto que puede superar el metro de altura, siempre verde y muy ramoso, con ramas largas y cortezas de color pardo o pardo-rojizo que se localiza en el contorno de la región mediterránea e Islas Canarias, desde el nivel del mar hasta altitudes próximas a los 2.000 metros.

Las hojas del torvisco, de forma lineal-lanceolada, de 2 a 4 cms. de largo y 2 a 7 mm. de ancho, se agrupan en la parte superior de la rama, de modo que cuando van creciendo los tallos van eliminándose las hojas inferiores para ser reemplazadas por las que aparecen en un plano superior.

Las flores del torvisco son de un color blanquecino y se agrupan en ramilletes ramosos, que aparecen en verano y otoño, e incluso hasta comienzo del invierno, alternándose con los frutos, unas drupas (contienen un solo hueso) de forma ligeramente alargada de 6-8 x 5-7 mm., de un llamativo color anaranjado o rojo-anaranjado muy brillante.

Aunque el torvisco ha sido utilizado en la medicina popular, particularmente su corteza para tratar problemas urinarios, y sus frutos como purgantes, hoy en día está totalmente desaconsejado su uso por la alta toxicidad de la planta, incluso en pequeñas dosis, ya que posee una resina, la mezerina, y otro compuesto, la daphnetina, de alto poder tóxico para personas y animales. En uso tópico, su jugo produce ampollas e inflamación de la piel.

En jardinería también está rechazado el empleo de la planta, pues si bien es muy rústica y presenta el atractivo de compartir su floración con un  fruto de coloración rojiza muy atractivo, su alta toxicidad y poder inducir a su consumo a los niños, por el atractivo color de sus frutos, hace totalmente desaconsejable el empleo de esta planta. Por el contrario algunas aves si pueden consumir sus frutos sin problemas, aunque en otras su consumo puede tener consecuencias nefastas, como se evidencia en el ilustrativo nombre popular con el que también es conocida esta planta: matapollos