Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)
Fichas de Mamíferos
Orden Rodentia o Roedores:
3. Familia Múridos:
3.1 Subfamilia Murinos:
Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)
© Alfonso Roldán Losada.
El ratón de campo es el más abundante de los mamíferos de nuestros montes.
FICHA TÉCNICA
Orden: Rodentia.
Familia: Múridos.
Género: Apodemus
Especie: Apodemus sylvaticus (Linnaeus, 1766)
Subespecies presentes: Se han descrito dos subespecies en la Península Ibérica: el Apodemus sylvaticus callipides, que ocupa el norte de la península, y el Apodemus sylvaticus dichruru, de coloración más clara y menos voluminoso, que ocupa el resto del territorio peninsular y parte de las Baleares. Otras dos subespecies son propias de las Islas Baleares: el Apodemus sylvaticus eivissensis, en la isla de Ibiza y el Apodemus sylvaticus frumentariae, en la isla de Formentera. No está presente de forma natural en las Canarias.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 10 y 12 cms.
Longitud de la cola: de 9 a 12 cms.
Peso: De 20 a 35 gramos.
Status de la especie: No amenazada.
Roedor de pequeño tamaño que no supera los treinta y cinco gramos de peso. De hábitos esencialmente nocturnos, cuenta con una cabeza voluminosa, dotada con unos ojos negros, grandes y prominentes que sobresalen del rostro, adaptados a la visión de noche, en la que se desenvuelve con soltura. Tiene unas orejas bien desarrolladas, con los pabellones auriculares erectos, su cola es larga y poblada de pelo corto. Su coloración es marrón, con tonalidades rojizas, de aquí que popularmente sea conocido como ratón colorado, aun cuando su coloración se torna más clara, casi blanquecina, en la zona del pecho y parte inferior del vientre del animal.
El ratón de campo, de modo general, es el mamífero más abúndate en nuestros campos y montes, donde podemos localizarlo desde el nivel del mar a la alta montaña, donde se vuelve raro aunque no está ausente, si bien alcanza su óptimo en ambientes rurales con cultivos de cereales donde alimentarse. Las plantaciones de almendros y olivares es otro lugar querencioso para el ratón de campo, por la abundancia de alimento que ahí puede encontrar.
Con un poco de práctica y unos conocimientos elementales podemos diferenciar el ratón de campo de otras especies de ratones con las que comparte territorio y puede confundirse aparentemente. Así los rasgos anatómicos más característicos para diferenciarlo con otras especies próximas son los siguientes:
- Con el ratón moruno (Mus spretus), por el tamaño de la cola, más larga en el ratón de campo que en el moruno, de forma que si la longitud de la cola en el ratón de campo es superior a la longitud de la cabeza más el cuerpo, en el ratón moruno no lo es. De modo que es notoriamente menor la cola en el ratón moruno que en el ratón de campo, lo que es apreciable cuando aparecen colocados uno junto a otro, como puede observarse en la siguiente imagen, en la que se encontraron ahogados, en un canal de riego, ambas especies de ratones próximos el uno al otro. La imagen es de mucha utilidad para apreciar la diferencia entre una y otra especie por la longitud de la cola:
© Proyecto Sierra de Baza
En el ratón moruno, a la izquierda, la cola no sobresale de la longitud de las patas extendidas; mientras que en el ratón de campo, a la derecha, es notoriamente más larga y la cola sobresale de las patas posteriores extendidas.
- Con el ratón casero o doméstico (Mus musculus = Mus domesticus), por la coloración (marrón en el ratón de campo y gris y en ratón doméstico) y particularmente por la longitud de las patas trasera, de modo que mientras supera los 2 cms. en el ratón de campo, en el doméstico es inferior a los 1,6 cms. de longitud.
El ratón de campo consume fundamentalmente frutos, piñas y semillas, aunque sin rechazar brotes y tallos jóvenes, a los que puede ocasionar importantes daños, como también los causa a los cultivos, particularmente de cereales, por lo que siempre ha sido considerado por el hombre como una plaga, aun cuando su papel en el ecosistema natural es incuestionable, al formar parte de la cadena trófica de un amplio número de especies.
Muy curiosos son los hábitos de acopio y almacenamiento de alimentos que efectúa esta especie, pudiendo acumular centenares de semillas cuando las condiciones le son idóneas. Reproducimos la imagen de una vieja higuera en la que la fractura de una rama dejó al descubierto una importante acumulación de almendras, efectuada por el ratón de campo posiblemente a lo largo de varias generaciones:
© Proyecto Sierra de Baza
Notable acopio o acumulación de almendras consumidas por el ratón de campo en el interior de una higuera
Para su reproducción el ratón de campo construye madrigueras, galerías y nidos, que cuentan con una o dos entradas, de 3 ó 4 cms. de diámetro que desembocan en una cámara nido, cubierta de hierba seca y hojas, que puede emplazarse a más de un metro de profundidad. También puede adaptarse a vivir en las oquedades de los árboles viejos o entre sus raíces.
En la etología del ratón de campo se ha descrito una conducta similar a la comentada con el conejoy la liebre, cual es la de que los ratones, cuando son jóvenes, se comen las heces de la madre, ricas en vitamina B12 y microflora, necesarias para la digestión de la celulosa, lo que se conoce como coprofagia, con lo que se desarrolla una falsa rumia, favoreciendo de este modo la digestión de los alimentos vegetales.
Un detalle muy característico para detectar la presencia de frutos secos consumidos por el ratón de campo como almendras, avellanas o nueces, y no por otro roedor, es la presencia de una corona junto a un corte muy redondeado y perfecto. Esta corona es debida a que el ratón de campo al consumir los frutos secos los agarra con las manos y los apoya sobre el pecho, de modo que tras perforar la cáscara del fruto introduce los incisivos inferiores que atacan la cáscara de adentro hacia fuera y como el ratón hace girar el fruto mientras que lo va royendo, los incisivos superiores dejan marcado un surco redondeado muy característico, exterior al borde superior del agujero de la cáscara. No obstante debe de tenerse presente que esta marca, por los efectos de la meteorología y exposición al sol, por ejemplo, desaparece a los pocos meses, por lo que solo es apreciable con detalle en los frutos consumidos recientemente. Cuando la perforación del ratón ha alcanzado tamaño suficiente para acceder al interior de la semilla, sirviéndose de los incisivos inferiores y las manos la termina de extraer completamente.
DATOS DE LA ESPECIE
© Juan Jesús González Ahumada. Imagen cedida por su autor fuera de concurso.
Familia de ratones de campo sorprendidos en el interior de un comedero de aves dando cuenta de los granos.
Longevidad: Aunque su vida media está en torno a los seis meses, puede llegar a vivir dos años en libertad. Excepcionalmente cuatro años. La edad del animal puede determinarse visualmente en los primeros meses de vida, en cuanto que el ratón de campo, como todos los roedores, sufre varias mudas, pero con la particularidad, en esta especie, de que hasta la primera muda el pelaje es menos lustroso y con matices grisáceos. La primera muda se produce al pasar el joven al estado subadulto. Después en una segunda muda alcanza definitivamente la categoría de adulto.
Celo: Está condicionado por la disponibilidad de alimento. El ratón de campo puede estar sexualmente activo todo el año, particularmente en los lugares de clima benigno como las Baleares o el Valle del Guadalquivir, si bien y con carácter general para el territorio peninsular se suelen establecer dos periodos de cría coincidentes con la primavera y otoño, respectivamente.
Gestación. La gestación dura de 25 a 26 días.
Época de parto: Suele coincidir con la primavera y otoño.
Parto: Los deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con hojas secas y hierba, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin capacidad auditiva y pesando tan solo 1 ó gramos.
Duración de la lactancia: Mama mientras no tienen incisivos, lo que ocurre al 13º día.
Madurez sexual. Son precoces muy pronto: con 12 gramos las hembras y con 15 gramos el macho ya son activos sexualmente.
Alimentación. Condicionada a las disponibilidades alimenticias que encuentra, y pueden ir desde frutos secos (su alimento preferido) a semillas, insectos, caracoles o piñas.
Hábitats. Muy amplio, de modo que podemos localizarlo desde el nivel del mal a la alta montaña donde se vuelve raro aunque no está ausente, si bien alcanza su óptimo en ambientes rurales con cultivos de cereales, donde alimentarse; las plantaciones de almendros y olivares es otro lugar querencioso para el ratón de campo, por la abundancia de alimento que aquí puede encontrar.
Huellas. Por su poco no suele quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de 2 a 2,1 cms.
Excrementos: Pequeños y cilíndricos, de 5 a 8 mm. de longitud y unos 2 mm. de diámetro.
Otros rastros. El consumo sobre frutos secos es su mejor marca en los que deja impresa una corona junto a un corte muy redondeado y perfecto. Los conos de las piñas quedan completamente limpios, cuando consume caracoles comienza a consumir la concha por la espiral central. El cadáver del ratón de campo, o su presencia en egagrópilas de aves son otros buenos rastros para asegurar su presencia en un territorio concreto.
Dimorfismo sexual: No aparente, si bien el macho es ligeramente mayor que la hembra.
Enemigos naturales. El ratón de campo es presa de todos los carnívoros, aves rapaces nocturnas y diurnas.
Curiosidades ecológicas. El ratón de campo se ha utilizado en el campo de la ecotoxicología como bioindicador de la contaminación ambiental, al haberse manifestado la especie con una especial capacidad para determinar la salud ambiental de un lugar, de modo que se ha determinado que donde está presente el ratón de campo es un ecosistema que carece de contaminación y goza de buena salud natural (Unidad de Toxicología Experimental y Ecotoxicología del Parque Científico de Barcelona, National Geographic España, octubre-2004).
Principales problemáticas. Los daños en cultivos agrícolas, o en repoblaciones forestales, parecen que son las principales problemáticas que se achacan al ratón de campo. Algunos cazadores que facilitan comida a las perdices en los cotos de caza se quejan de que los ratones de campo se comen el trigo que ponen para las perdices.
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© Proyecto Sierra de Baza
Entradas a una madriguera o nido de ratones de campo. Se diferencian de otros roedores por el menor tamaño de las bocas (3 ó 4 cms. de diámetro) y poder detectar en las proximidades de la boca restos de frutos consumidos. La rata no deja resto alguno, al consumir completamente los alimentos.
HUELLAS
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Dibujo de la huella de la pata posterior del ratón de campo. Su longitud es de unos 2 cms. mientras que el ancho no supera 1 cm.
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Aspecto de la pata posterior del ratón de campo (cuenta con 5 dedos, 4 la anterior).
OTROS RASTROS:
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Excrementos de ratón de campo.
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Almendra comida por el ratón de campo, en la que es apreciable la corona que ha dejado marcada los incisivos superiores sobre el corte.
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Piña comida por el ratón de campo. Aparece el tronco de la piña completamente limpio, lo que la diferencia claramente de otra piña que haya sido consumida por una ardilla.
© Proyecto Sierra de Baza
Caracoles comidos por el ratón de campo
EL RATÓN DE CAMPO EN LA SIERRA DE BAZA
Como prácticamente todo el territorio peninsular el ratón de campo es muy abúndate en la Sierra de Baza, aunque encuentra su óptimo en los cultivos de almendro del interior del Parque. En la periferia y zona de la Hoya de Baza es superado en porcentaje por el ratón moruno, mientras que en las aldeas del Parque el más abundante es el ratón casero o doméstico.